A Gudrun Sailer, periodista de la sección alemana de Radio Vaticano, autora del libro Frauen in Vatikan, le parece muy importante que la presencia femenina en los distintos organismos de la Santa Sede alcance ya el 16%. Y cree que esa proporción aumentará, porque, entre cosas, las estudiantes de teología son más que los estudiantes.Y hasta afirma que existen reflexiones de cómo abrir el cardenalato a las mujeres, a lo que se opone por ahora el requisito de la ordenación sacerdotal, sólo desde 1984. Cree, sin embargo, que la apertura del sacerdocio a las mujeres es cosa lejana, pero que eso no es todo, y que ahí están Teresa de Calcuta o la luterana Sigrid Spath, quien traduce para el papa y es como la voz oficial de Benedicto XVI en alemán. Y para qué hablar de las religiosas, cuatro quintos de las órdenes y congregaciones católicas en el mundo, tan olvidadas e infravaloradas todavía. Sailer habla de algunas mujeres ejemplares que conoce, entre ellas sor Enrica Rosana que, el año 2003, llegó a ser la subsecretaria en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.- Tiene mucha razón esta valiente y valiosa Gudrun al subrayar que la jerarquía eclesiástica no es todo en la Iglesia y que dar pasos es siempre avanzar. Pero, Dios mío, ¡qué lejos estamos aún de aquel acompañamiento cotidiano de Jesús de Nazaret por las aldeas y pueblos de Galilea, asi como en su viaje a Jerusalén para la Pascua hasta la cruz, y de aquella Iglesia primitiva del apóstol Pablo, con tantas mujeres en puestos de primera responsabilidad!