La preguntan desde VN al cardenal Gianfranco Ravassi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, cómo nos cambiará la crisis actual. Primero, responde con los optimistas tópicos del día: nos enseña una nueva escala de valores; nos fuerza a mirar a la muerte a los ojos; nos muestra la impotencia y los límites del hombre, también de la ciencia, a la vez que nos hace ver la dificultad de las relaciones humanas, incluidas las de la familia en una forzosa residencia en casa…
Más interesante es su respuesta sobre la espiritualidad, cuyo retorno, según dice, puede propiciar: En el cristianismo Dios no es impasible; la humanidad de Cristo resulta fundamental. No es el Dios omnipotente del Olimpo, sino el que pasa por todos los sufrimientos humanos y muere por asfixia, al igual que estos enfermos. Cristo no se salva en virtud de su omnipotencia, sino de su impotencia, porque en esos momentos Cristo es como cualquier hombre. Cristo no nos libra del dolor, sino que está con nosotros en el dolor físico. (…) Esperemos, además, que los integristas dejen su teoría de que la pandemia se debe a un castigo de Dios o a una venganza.