Es cierto que es la primera vez que uno de los dos grandes partidos españoles se ve forzado a abstenerse ante el candidato a la presidencia del Gobierno del partido rival. Pero no es la primera que la dirección nacional del PSOE obliga a uno de sus candidatos en alguna de las Comunidades Autónomas a dejar gobernar a la listra más votada y a mandarlo a la vez a la oposición. Por si alguien tiene mala memoria, en junio de 1995, siendo secretario general del PSOE Joaquín Almunia y secretario de Organización el hoy todavía diputado valenciano, Cipriá Ciscar, la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE destituyó a la dirección navarra, nombró una Gestora, que votó, a una con el mandato de la CEF, la salida del PSN del Gobierno de Navarra y su vuelta a la oposición, tras haberse descubierto una cuenta en Suiza del entonces presidente del Gobierno navarro Javier Otano CId. Y, unos años después, en agosto de 2007, tras haber excluido al secretario general del PSN, Carlos Chivite, de la candidatura a la presidencia del Gobierno navarro, la entonces CEF, con Rodríguez Zapatero al frente y el hoy parlamentario europeo José Blanco en la secretaría de Organización, impidió al nuevo candidato socialista Fernando Puras, que perdió las elecciones, la formación de un Gobierno foral con presidencia socialista, que dependiera de los votos de los nacionalistas vascos de Nafarroa BAI, que superó al PSN en votos, enviando de nuevo a la oposición a los socialistas navarros, perdedores de todas las elecciones generales y autonómicas desde 1987.