El hombre, náufrago en el mundo,
se encontró un día con el espacio y el tiempo
y quiso acomodarlos
a su dominio y a su conocimiento.
Les puso horarios y calendarios;
les puso limites y cercos.
Inventó las estaciones,
meses, semanas y días,
las fiestas y los juegos.
La Nochevieja del año,
para maldecir lo viejo
y el comienzo del año
para desearse un tiempo nuevo.
Ficciones sobre ficciones,
pero sabiendo
que todo
tiene en la realidad su fundamento:
en el tiempo y el espacio
en el espacio y el tiempo.