Notas volanderas en aquel Parlamento Foral

 

                    Estoy terminando de organizar mi archivo para entregarlo al Contemporáneo de Navarra. En las entretelas de mis papeles abandonados durante años en todas las leoneras de mi piso encuentro un sobre con decenas de pequeños trozos de papel, que los parlamentarios de aquel Parlamento Foral (1979-1983) iban enviándome a la mesa presidencial durante los plenos, tranquilos o alborotados, de aquellos años.

El jovencísimo Javier Asiain, secretario del Grupo Parlamentario Socialista, fue el que más notas, lógicamente, me envió. Unas, más administrativas, otras más políticas  o personales. Por ejemplo, informativas: Se ha caído un reactor americano en Ablitas. Sin daños personales (navarros). Otras veces, apoyándome, como en aquel 3 de julio de 1980, en vísperas sanfermineras: Tranquilo y firme. Es  lo que buscan: follón.  O, compartiendo la incertidumbre del momento: nunca sabíamos qué iba a hacer HB, y qué iba a ser de nosotros: ¿Qué piensas del tema? ¿No van a armar bulla? ¿Estamos de enhorabuena?

A veces, las notas tenían que ver con el orden y el horario de las sesiones, pues muchos parlamentarios tenían otros quehaceres sobre los hombros. Como cuando mii compañero Julián Balduz, alcalde de Pamplona, me pregunta, el 2 de julio de 1980, si habrá explicación de voto tras la aprobación del dictamen, porque tiene Permanente a las ocho.

Más risibles son las notas que me pasan algunos colegas venidos de los pueblos, porque se les hace tarde por la noche o tarde para poder comer. Como esta perla de Andrés Basterra, alcalde de Cáseda: Sr. Presidente: pienso que se acordará que hay que ir a comer, los agricultores comemos a la 1.

Los lances más o menos conflictivos eran frecuentes. No solo por parte de HB y afines, sino también dentro de la mayoría. Un parlamentario muy pasional era el tudelano Alfonso Añón, de UPN, siempre dispuesto a zaherir al peneuvista Garaicoechea o a levantar la voz más de la cuenta. El secretario cuarto Balbino Bados, también de UPN, y correligionario de aquél, me envía un papelito, ese mismo 3 de julio, que reza:  Si alguien no es prudente y delicado, puede haber algún pequeño escándalo. Conozco a un parlamentario que tiene los nervios alterados. Será por tantas horas de pleno. (Puede ser que sea de Tudela) Balbino Bados. 

El portavoz de la fracción mayoritaria del Grupo de Unión de Centro Democrático, roto en dos, el siempre prudente Joaquín Sagredo, me pide por adelantado un poco de tolerancia: Te ruego un poco de tolerancia para un pequeño show que vamos a montar.

Tampoco faltó el humor en algunas ocasiones: no todo iba a ser zozobras y desasosiegos, llamadas al orden y suspensión sesiones. Esta vez, el primer día de a discusión de las Bases del Amejoramiento en la Comisión de Régimen Foral, Javier Antoñana, de Viana, parlamentario de la candidatura Amaiur, franquicia de HB, a quien llamé al orden varias veces, me envió la que él llamó jota foral, que cantaba: Si alguien quiere pactar /  vendiendo Nabarra a España / que pacte el señor Arbeloa / y el amigo Bordonaba / sin contar con Antoñana. Fue la única nota que recibí de ese Grupo en toda la legislatura. Victoriano Bordonaba, tudelano, director de empresa y escritor, versificó (irregularmente) también en una nota tras un discurso de Miguel Mari Pedroarena,  de voz poderosa, parlamentario de Orhy Mendi, franquicia de HB en la merindad de Sangüesa: El de Amaiur Pedroarena / ha soltado su sermón / y sigue siendo una pena / que no se pierda ocasión / a las orillas del Ebro / y a las orillas del Sena / cada uno use su cerebro / para en España o en Francia / los presidentes permitan / que sermones se repitan / de Novena de la Gracia.

Más enjundia tuvo la nota que me mandó desde su escaño de portavoz del Grupo Socialista, Gabriel Urralburu, mi entonces secretario  general. Era el 1 de julio de 1980, cuando aprobamos las primeras Bases de Reintegración Foral y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra. Unida con una grapa a media cuartilla escrita con bolígrafo azul, me adjuntaba una tira de un diario con una cita de F. González, en la que se refería a Navarra como comunidad especial mediante un proceso de mejora de su régimen foral… Me decía que en mi intervención final dijera algo de la importancia histórica del pacto entre la izquierda y la derecha en un compromiso casi constitucional, lo mismo que estábamos haciendo en otras Comunidades históricas. Y que aludiera al compromiso constitucional, cuyo fruto era la Constitución, que había servido incluso a los que la atacaron, como era el caso del PNV y del Estatuto Vasco.  Que este pacto o acuerdo podía quitarnos votos por eso del denostado consenso. Pero que eso no nos preocupe. Navarra en  este momento está por encima de nuestro propio partido. Vale quemarse por esa empresa.

No recuerdo ahora lo  que entonces dije. Pero recibí un montón de notas de felicitación de los tres partidos de la mayoría, que me da pudor reproducir.