Oímos música de Bach…

    Oigo, escucho, contemplo, durante horas, algunas de las mejores composiciones de Bach, de manos (y pies) del magistral Karl Richter y de manos (y boca) de la Orquesta Barroca de Freiburg. Dios mío, si, según el maestro Descartes, pensamos, luego…existimos, creo que podemos decir también que oímos música de Bach, luego… existe lo numinoso, lo trascendente, lo divino. Y empleo el artículo neutro por reverencia y sobre todo por extensión. Uno de los cientos de comentaristas, que ha escuchado una de estas piezas, escribe al pie de la pantalla, tan arrebatado o más que yo: subliminal música celestial.