Tras las huellas de Ángel González y del chileno Ibáñez Langlois, el joven poeta madrileño Juan Meseguer (1981) nos da en su libro Áspera nada (Accésit al Premio Adonais, 2013) una buena prueba del valor autónomo de su poesia, con resonancias bíblicas, humor poderoso y agudo sentido social. He aqui este bello y sustancioso poema:
Que no manche el mendigo mi limpieza.
Que sus dedos torcidos y angulosos
no me pidan cigarro.
Que sus uñas larguísimas no rocen
el aire que yo rozo.
Que desaparezcan, Señor,
los pobres de este mundo.