Los tilos, los plátanos, los álamos,
los carpes, los castaños
van dejando el otoño de sus hojas
debajo de sus ramas, cada día más desnudas.
sobre el santo suelo.
Gracias al viento
los glacis otoñean.
Suena el otoño a través de nuestros pasos.
Vemos, oímos, olemos, sentimos el otoño.
Se tiñe el aire del color de seroja
y el alma vive la rústica alegría
de un final de cosechas.
***
Cuando me esté muriendo,
dadme la mano,
la mano de la vida
que esté dejando.
Dadme la mano,
para que tenga fuerzas
de dar el salto.