No siempre hay que tomar las palabras al pie de la letra. Los nombres no significan siempre lo que suenan, o suenan con tañido ambiguo. Ocurre lo mismo con el nombre tradicional de ciertas casas, habitadas por nuevos inquilinos. Y así, las cuerdas llamadas de tripas de gato se obtienen habitualmente de caballos y ovejas. Los pinceles de pelo de camello están hechos de piel de ardilla. Las Islas Canarias se denominan de esta manera no por los canarios, sino por los canes. Las cajas negras de los aviones son de color rojo. E via dicendo…