Poemas religiosos contemporáneos (II)

 

Quédate aqui, no partas esta noche

Antonio Colinas

(Desiertos de la luz `fragmento´, 2008)

 

Quédate aqui, no partas en la noche.
La ciudad de David ya está a oscuras
y en el valle maldito de la Gehenna
se despiertan abismos, espíritus de muertos.
Sé una de las jóvenes que tornan,
ascendiendo en fila por la escala de piedra,
con aceite en su lámpara,
con su lámpara ardiendo brotando de lo oscuro.

Allá abajo la noche
ya rueda por los montes morados,
pero en esta ciudad tiene que haber
una morada en paz y que dé paz.
Verás que en esa casa hasta lo que es más duro
(las piedras) llegará a dormirse dulcemente
encima de tus ojos.

Quédate aqui, no partas en la noche,
pues hay en la ciudad sagrada una morada
en la que, siendo noche, luce el día
a la hora en que tiemblan en círculo sereno
las llamas de las lámparas,
los ángeles de fuego…