Problemas que afrontar

Entre las muchas conclusiones políticas que provoca un resultado electoral, esta noche se puede decir, con talante positivo y mirando al futuro próximo, que la victoria del PSOE en España le enfrenta de ahora en adelante con una serie de problemas, que él mismo ha ido eludiendo, cuando no complicando, favoreciendo o resolviendo mal, a lo largo de la Legislatura anterior: soberanismo vasco, terrorismo etarra, confederalismo catalán, laicismo antieclesial, inmigración mal regulada, permisividad moral (amoral a veces), tensión política, malas relaciones internacionales… Al mismo tiempo, podrá ir fortaleciendo aquellas actuaciones y actitudes propias de un partido socialdemócrata-radical o radical-socialista, no de izquierda clásica, que es el actual PSOE: políticas sociales en favor de las personas dependientes, de la igualdad de género, de la lucha contra el paro y contra la violencia doméstica, junto a un decidido diálogo institucional, etc. La izquierda clásica (IU, ERC) ha sido sacudida. El partido vencedor añade  algunos escaños y muchos votos, no desde el centro español, sino desde la izquierda que se derrumba y desde algunos sectores del soberanismo-independentismo vasco y catalán. Los partidos independentistas y soberanistas han recibido un duro golpe. Es histórico el triunfo claro del PSOE en Euskadi, lo que es el mejor aval contra el Plan Ibarretxe y otras tentaciones, así como en Cataluña, donde siempre es preferible la victoria del PSC-PSOE, por poco atractivo que nos parezca, que el conjunto de ERC-CIU-ICV. Motivos, pues, suficientes para el análisis sereno y para confiar en que, con 324 diputados (PSOE+PP+UPyD) de entre 350, algunos graves errores nacionales se rectifiquen, y algunos graves aciertos se desarrollen y se lleven a cabo.