En una reciente entrevista publicada en VN, el jesuita palentino Adolfo Nicolás, prepósito general de la Compañía de Jesus, que ha vivido gran parte de su vida en Japón, nos sorprende a muchos de nosotros al afirmar una y otra vez, con expresiones parecidas, que la Igesia de hoy, cuando habla a la sociedad moderna, no puede hablar proféticamente, porque no hay fe para recibir el mensaje profético. Tiene que hablar como habló el Espíritu en la última parte del Antiguo Testamento. Tiene que hablar sapiencialmente. Dentro de la Iglesia son necesarios los profetas y la profecía, que es todo menos adivinanza, añado yo. Pero a la sociedad hay que ofrecerle sabiduría, dándole mensajes que tengan sentido, que abran caminos, que ayuden a los jóvenes a ver que hay todo un camino de sabiduría que hay que seguir. (…) Si la Iglesia quiere tener credibilidad con los no cristianos, tiene que ir por la línea de la sabiduría.- Breve y profunda lección, que a nosotros nos toca ponerla en práctica, dejando de lado viejos manuales apologéticos, superficiales recetas seudoprogresistas y cierta comodonería personal y colectiva, causa próxima, las más de las veces, de nuestros fracasos hacia fuera y de nuestro escepticismo y falta de entusiasmo hacia dentro.