… es cosa que importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo, está más alto en los ojos del Señor. No porque en esta casa haya costumbre y ejercicio de oración, es por fuerza que han de ser todas contemplativas. (…) Y, pues no es necesario para la salvación, ni nos lo pide Dios de premio, no piense se lo pedirá nadie ni que no por eso dejará de ser muy perfecta, si hace lo que aqui va escrito; antes por ventura, tendrá mucho más mérito, porque es a más travajo suyo y la lleva el Señor como a fuerte y la tiene guardado junto todo lo que aqui no goza. (…) Miren que la verdadera humildad, creo cierto, está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos. Pues, si contemplar y tener oración mental y vocal, y curar enfermos y servir en cosas de la casa, y travajar en desear sea en lo más bajo, todo es servivr al huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrearse, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro?
(Santa Teresa de Jesús, Camino de perfección, 27, 2-5)