No hablo del vocabulario cotidiano, cada día más pobre, influido por la TV y los tuits, sino del vocabulario político, que los llamados políticos constitucionalistas navarros, casi sin excepción, utilizan haciendo bueno el forjado hace muchos años por el PNV y, más recientemente, por ETA-Batasuna.
Y así, a cada paso, llaman nacionalistas, sin más, a los que son independentistas/separatistas, o confederalistas autodeterministas vascos, e incluso a los herederos de ETA-Batasuna. Lo que es todo un piropo, porque nacionalistas se llaman vascos, catalanes, navarros, canarios, aragoneses… y cualquier hijo de vecino, nacionalista de su pueblo. Tampoco en gran parte de Europa suena mal, porque nacionalistas de su nación son casi todos los europeos, y muchos también de su región: bávaros, flamencos, saboyanos, sudtiroleses…
Izquierda abertzale (Izquierda patriótica) se llaman gloriosamente los heredereos de ETA-Batasuna, y así los llaman, o simplemenrte abertzales (patriotas), los constitucionalistas navarros, contribuyendo también coralmente a esa gloria.
Los mismos, perezosos, constitucionalistas han venido llamando durante cuatro años Gobierno nacionalista o Cuatripartito nacionalista a un conjunto de cuatro partidos: dos nacionalistas vascos, uno separatista y otro confederalista autoodeterminista, ambos anexionistas de Navarra a Euskal Herria; y dos leninistas autodeterministas, servidores de cualquier nacionalismo/independentismo que los lleve al poder. Pero al final, para los benévolos constitucionalistas navarros, que no distinguen la paja del grano ni el trigo de la cebada, el conjunto les merecía el complaciente nombre de nacionalista, ni siquiera de nacionalista vasco.
El nacionalismo es un ideología, muy variada. El autodeterminismo es un instrumento político demoledor y depredador. Pero para muchos llamados constitucionalistas navarros estas distinciones fundamentales son chorradas y déjame de cuentos.
Estoy por oír a un constitucionalista navarro explicar qué es el confederalismo o los peligros del autodeterminismo, cuando la inmensa mayoría de los navarros los ignora. O echar en cara a un grupo autodeterminista -lo son en este monento Bildu, GB, Podemos e IU- su forma de autodeterminación.
Es también raro oír a una constitucionalista navarro, especialmente del PSN, llamar anexionistas (partidarios de la anexión de Navarra a Euskal Herria) a los que lo son, o poner en aprieto a Podemos e IU preguntándoles por su posición en ese punto.
Podríamos seguir prolijamente con ese vocabulario perverso, prestado del PNV y de HB: Madrid, Estado, País, Nafarroa, Iparralde, violencia, kale borroka, diálogo, paz, diversidad, Gobierno central…
Pero ya hace muchos años, harto de sufrirlo a todas las horas, escribí un librito Perversiones políticas del lenguaje, prologado por Amando de Miguel y publicado por aquel Gobierno de Navarra, fácilmente accesible en mi biblioteca digital: www.vmarbeloa.es/biblio.