Dentro de este campo de Agramante que es la política española, Pablo Manuel e Irene echan en cara a sus enemigos el querer – y no poder- dar un golpe de Estado. La pulla es tan extravagante, sobre todo por venir de quen viene, que no merece un comentario ni frívolo ni serio. Que yo sepa, y para no irnos hasta el siglo XIX ni a los años 1934 o 1936, el último golpe de Estado, es decir, contra el Estado, contra la Nación, contra la Constitución, contra España, lo dieron los independentistas catalanes, parte importante de los cuales son socios desde el inicio del Gobierno de Sánchez-Iglesias.
¿Quién está más cerca hoy de los independentistas catalanes, que han prometido repetir el golpe, que Irene y Pablo Manuel? ¿Quién estuvo en contra de la aplicación del artículo 155, sino ellos? ¿Quién se opuso siempre a las penas impuestas por el Tribunal Supremo, sino ellos? ¿Quién está pidiendo la excarcelación de los que ellos mismos llaman presos políticos, sino ellos?
¿De verdad que ellos mismos no quisieran dar un golpe, si pudieran, para cambiar la Constución burguesa capitalista, y acabar con el corrupto Sistema político del 78, como tantas veces lo han proclamado? Un golpe moderno, claro, a la manera de Chávez, uno de sus modelos, actualizando a Lenin, su mejor maestro; muy patrióticamente, eso sí (patria o muerte, como en Cuba); muy popularmente, y hasta muy democráticamente (como Maduro)… Siempre para el bien del pueblo, por descontado. Pero sin los votos del pueblo, que siempre les ha negado los suficientes como para intentar siquiera un Gobierno burgués y capitalista, como el que hoy integran gracias a la necesidad imperiosa del PSOE por seguir en el poder.