Jn 8, 1-11
A ver quién tira la primera piedra.
A ver quién mejora aquí
los tiros certeros
de los asesinos de mujeres
de Irán o Arabia Saudí.
¿Qué escribía entretanto Jesús,
el Maestro que nunca escribió?
¿Los atropellos de aquellos infames
acusadores
o la inocencia de la mujer?
Tal vez esta sentencia
o alguna parecida:
Un homicidio a pedradas
es mucho peor que un adulterio.