Saber a quién votar

 

                   Ayer, mi artículo en DN, titulado Saber a quién votar, mereció cuatro  comentarios. Uno, muy breve, no venía a cuento. Otro estaba de acuerdo con lo que escribí. Un tercero distinguía bien entre voto en blanco y la abstención; incluía el blanco en el sistema electoral y reconocía que la abstención es muy otra cosa, con lo que venía a coincidir conmigo.

Y el cuarto, cosa de perro viejo, repetía el falso  y viejo latiguillo de que había sido yo el muñidor de la entrega del Gobierno de Navarra a UPN, lista más votada, en 1995, y que ahora venía propugnando el voto en blanco. ¡Poco sabe de política, y menos de política en el PSOE, quien piense que un militante cualquiera de provincias pueda ni siquiera muñir la decisión de la ejecutiva nacional! La decisión, tras el escándalo de la cuenta de Otano en Suiza, la tomó la dirección del PSOE, que hizo suya, por unanimidad, la Gestora en Pamplona, entonces presidida por Alberto Pérez Cavo. Testigos de ello pueden ser los hoy puntales del Gobierno social-podemita.-nacionalista vasco, Inma Jurío y Javier Remírez Apesteguía, miembros de aquella Gestora.

Además, propugno el voto en blanco de por sí, como voto de protesta o  de último remedio, especialmente frente a la abstención, escandalosa hoy en Navarra, mayormente en los municipios.

Y defiendo ante todo el voto democrático, libre y consciente. Y consecuente.