¿Tan malo es tener enemigos?

 

                        En estos tiempos de políticas de polarización, de muros levantados, de amigos-enemigos, de confrontación sin fin, en los focos ardientes de actualidad, que son España y los Estados Unidos de América, aquel genio aragonés entre los ilustrados españoles que fue el jesuita Baltasar Gracián viene a aliviarnos un poco con estas aladas palabras:

Le parece más triste que no tener amigos no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga señal de que no tiene: ni talento que haga sombra; ni valor que le teman; ni honra que le murmuren; ni bienes que le codicien; ni cosa buena que le envidien.

¿No es, en verdad, al menos, un teórico alivio?