De nuevo el alto número de victimas de la oscura y cruel guerra en Ucrania, a las puertas de la Unión Europea, ha obligado a las potencias más interesadas a una nueva tregua, en la capital de Bielorusia, que no es todavía la paz. Y es difícil que lo sea mientras Kiev siga queriendo acercarse a la UE y a la OTAN, y Moscú quiera alejarla de ellas con la misma fuerza y decisión, mientras los separatistas del Este de Ucrania sigan ganando terreno y abriéndose un pasillo hacia Crimea para así fortalecer el territorio prorruso y ruso. Por otra parte, la propuesta de Putin de federalizar Ucrania, que en teoría podría sastisfacer las ansias de autonomía de los ruso hablantes del país, dada la decidida voluntad de éstos de ser parte de Rusia, sería, más bien, un paso más, una forma legal de llegar, pacíficamente, a su objetivo soñado, que es la separación de Ucracia y la unión con Rusia, lo que por nada del mundo desean la mayoría de los ucranianos, la Uniön Europea y los Estados Unidos de América. Difícil y tensa situación: angustiosa al no prever salida alguna visible,