Encuentro en un viejo fichero una ficha amarillenta ya, con unas palabras del poeta francés, crítico, filósofo, diplomático, político y premio Nobel de literatura, Paul Valery, sobre la historia. Hace treinta años me parecieron preciosas. Hoy todavía más: La historia es el producto más peligoso que elaboró jamás la química del intelecto. Hace soñar, emborracha a los pueblos, les engendra falsos recuerdos, exagera sus reflejos, mantiene abiertas las heridas, atormenta su reposo, los conduce al delirio de grandezas o al complejo de persecución y hace a las naciones amargas, soberbias, insoportables, vanas. La historia justifica lo que se quiere justificar. Para eso se escribe. No enseña, en rigor, nada, porque lo contiene todo y sirve de ejemplo para todo.