Después de oír y leer, durante meses, a los dirigentes del PSN-PSOE, que preferían y preparaban un futuro Gobierno de Navarra junto con tres cuartas partes del Cuatripartito nacionalista/independentista vasco y autodeterminista, lo lógico, lo implacablemente lógico, es que esas tres cuartas parte del Cuatripartito hagan lo posible por gobernar con el PSN-PSOE, pero buscando a la vez la inclusión y hasta la cercanía presencial y colaboradora del único componente del actual Gobierno, que el PSN-PSOE parece excluir de boquilla. Y digo de boquilla, porque, además de ser Bildu uno de los grupos políticos que votaron, decisivamene, al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez en su investidura, tanto la candidata socialista al Gobierno de Navarra como al ayuntamiento de Pamplona han declarado una y otra vez que no destestaban los votos de los herederos de ETA-Batasuna, sino que los aceptaban con toda legitimidad, por no decir con sumo gusto.
Más todavía, la candidata frustrada del PSN a la alcaldía de la capital echó en cara a Bildu, tras la votación, el no haber querido tener un gobierno progresista de la ciudad, con lo que llamó progresista a la formación independentista y autodeterminista, a la que durante cuatro años ha tenido como blanco principal de sus críticas cuando no de sus invectivas. ¿Qué dirá en adelante esta mujer cuando asista a cualquiera de los actos de las víctimas del terrorismo, de las que un día, al menos, fue portavoz en una de sus manifestaciones? Item más: el candidato socialista de Estella, igual de fracasado, pidió directamente el voto de Bildu para su candidatura. Y ahí está el caso de Viana, donde la indignidad, ya durante meses preparada, llegó a su cenit acordando y negociando públicamente con Bildu y otros socios del Cuatripartito la alcaldía, que no les había dado la ciudadanía vianesa, como les reprochó, en un acto de valentía increible, la joven concejala Sara Ojanguren.
No es, pues, de extrañar nada de lo que ocurra de aqui en adelante en la pugna por la presidencia del Parlamento, por la entrada de Bildu en la Mesa, por la presidencia del Gobierno foral…, de los que no hablará este cuaderno de bitácora, porque no es una redacción de sucesos, sino un sencillo panel de reflexiones, que tiene, entre otras condiciones, no repetirse demasiado. Y, además, está a punto de cerrar… por vacaciones.