Vivir de sobra

 

  La esperanza de vida de un varón
es de ochenta y un punto en Europa.
Hace un año, pues, que vivo
de sobra:
sobre esta media verdad,
capciosa,
por general y estadística,
pero verdad al fin, no broma.
No es que viva
de sobras.
Me lo dicen la razón,
la voluntad y la memoria,
todas ellas
todavía en órbita.
Sobrada en verdad está mi vida.
No es mérito alguno.
Es obra
de Dios atque Natura,
y de tantos mortales

que me contornan.
Por el exceso
aún
nadie me cobra.
Y todo será una fiesta,
si Dios, el de la gracia y la promesa,
al fin de mi vida me recobra.

Pero sí,
ahora
vivo
de sobra.